martes, 8 de septiembre de 2009

A ESE AMIGO DEL ALMA (de Lito Vitale)

De mil maneras,

conozco la mirada de tus ojos pardos.

No tienes lunes al sol;

todos los días han barado tus horas.

Prejubilado, parado de forma prematura

deambulas como si estuvieras de prestado

en tu propio cuerpo.

Atrás se amontonan

los años de las dificultades de todo comienzo;

de las carreras por el metro de madrugada,

cuando no existían las calles

de solitaria compañía.

Décadas aquellas donde todo parecía posible

y cuando el trabajo

no sólo eran la seguridad de los tuyos

el coraje, el valor y la honradez...

Amigos y compañeros

que se han ido marchando

ahogados por ese tedio amargo

que mata más que cualquier otro cáncer

y se fueron sin tiempo

a despedirse siquiera...

De aquellas fotos de tu álbum secreto,

se han ido desapareciendo

por ese mismo sentimiento

de olvido indiferente.

Y yo te hablaría de que mi amor

creció en ese instante

en que tu soledad,

se volvió nuestra compañera,

y mi peor enemiga...